LATERAL DE EXPORTACION

Abdon Reyes

Óscar Washington Tabárez, técnico de Uruguay, calificó a Abdón Reyes como “un jugadorazo”; Juan José Peláez, nuevo DT de Bolívar, lo destacó como “un lateral de grandes condiciones técnicas”. El jugador tarijeño está en la boca de los clubes grandes, pero él no se marea y sólo sonríe. Reyes se define y muestra que es una persona humilde, vive feliz en un garzonier en el barrio de Miraflores, junto con la familia Rovira, que lo trata como al hijo varón que no tuvieron. “No necesito más, para qué”, afirma y muestra tres casacas, una de Bolívar, otra de la selección y una blanca y roja —un poco despintada— en la que dice “100% Chapaco”. Así vive Reyes, quien es proyectado por los técnicos como el futbolista de mayor proyección del fútbol nacional, un hombre que se supera en la vida.

¿El éxito deportivo actual cambió tu vida Abdón?
Sí. Uno trabaja para ver cambios, ahora estoy al ochenta por ciento de mi nivel, ya superé la lesión que me impidió jugar partidos importantes con Bolívar.

Sin menospreciar a nadie, ¿no te pesó la camiseta de Bolívar?
No me pesó nada, a pesar de que me dijeron los dirigentes de otros equipos que jugar en Bolívar iba a ser mi perdición, que no me iban a dar oportunidad, que al final iba a regresar. Pero, yo confié en Dios que siempre está conmigo, hizo muchas cosas por mí, y también tenía confianza en mi trabajo.

¿Desde los cuántos años comenzaste a jugar al fútbol?
Desde tercero básico jugaba en mi colegio, intercolegiales, maratón, pruebas de velocidad, todos decían que daba para el fútbol y también el futsal.

¿Tuviste que trabajar desde muy pequeño?
Es que la economía no me daba, como estudiaba por la mañana, por la tarde era mecánic y por la noche jugaba. Me daba modos para ir a la cancha, al mediodía, por la noche, y temprano, a las seis de la mañana. Siempre estaba en la cancha con el papá de Horacio Ortega, don Emilio. El señor Wálter Olarte se presentó en mi vida por esa época, me enseñó lo que es la vida.

¿La fama es una presión para ti?
La conozco, la tuve en Sucre, Oruro, ahora en La Paz. Sé que no tengo que caer, desesperarme de llegar muy lejos, tener muchas cosas y enloquecerme. Nunca me dedico a las cosas que me perjudican y lo que puede dañarme. Sé valorar la vida, trato de no marearme y tener los pies en la tierra.

¿Qué te dice tu familia?
Están muy contentos. Cómo no quisiera traerlos aquí. Quizás un día mi mamá se dé una escapada a La Paz, para mí sería una alegría tener a mis papás (Felipe y Serafina) aquí conmigo, los extraño mucho; quizás están un poco mayores pero en mi caso quiero tenerlos vivos, es el mayor anhelo que tengo. Ellos siempre me dicen: “Metele con ganas hijo, eso es lo que más te gusta”.

¿Tener plata te puede cambiar?
No creo, todo el mundo sabe que nunca tuve plata, ahora quizás pueda cambiar mi situación económica, pero no tengo por qué modificar mi comportamiento. Mis amigos siguen siendo los mismos de antes, no me agrandé ni lo haré nunca. Por eso creo que mi gente me quiere mucho.

¿A quién admiras?
A mi hermano mayor Ciro, las ganas que puso en su vida me demostró que es una persona valiosa, cada vez crece en su vida espiritual y personal, me gustaría tener el mismo corazón.

¿Vivir en un villa de Tarija te permitió valorar mejor la vida?
Creo que es así, soy del barrio San Roque, de la Villa Abaroa, donde comencé a jugar al futsal, luego lo hice en La Bombonera, en la cancha de Los Pinos. Posteriormente jugué en Talleres Honda, 15 de Abril, Ciclón, Universitario y San José; pero donde me foguee mucho fue en el monte.

¿Qué es el monte?
Son los torneos intercantonales en San Lorenzo, que son bastante fuertes. Yo jugaba para Juventud Antoniana de Montes Cercado, ahí me abrieron las puertas, los partidos son bravos, tienen un ritmo muy dinámico y ayudó a mejorar mi nivel en el fútbol.

¿Por qué no quisiste jugar en Unión Central?
Porque no me dio la oportunidad de jugar en la Liga, que era lo que buscaba. Yo una vez fui y quise regalar mi pase, pero me dijeron que era bastante chato, petiso y flaco, eso me hizo sentir muy mal, porque era un jugador que tenía ganas de crecer y me decepcioné. Luego que ascendí con Universitario, Unión quiso contar conmigo, pero les dije que no, por lo que pasé antes.

¿Por qué te fuiste de Bolívar hace dos años?
Porque la encargada del internado me trató mal, a pesar de que el profesor (Carlos ) Aragonés y Papi (José) Vaca me querían.

Tanto se habla de que te vas, ¿dónde quisieras jugar?
Todos me hablan, me dicen que podría ir a uno u otro lado, pero no me quiero marear.

De pequeño tuve que trabajar porque no tenía plata.

Fuente: Diario La Razon